Visitas

jueves, 26 de mayo de 2011

Elegir

Elegir. A simple vista, puede parecer un verbo cualquiera de esos de tercera conjugación que de pequeña te hicieron aprender y que de mayor te obligarán a utilizar. Conmigo lo han intentado, pero yo no soy una persona a la que le guste elegir. Quiero tenerlo todo. Esto, eso, aquello... sin poner condiciones ni reglas. Simplemente, lo quiero. Hay personas las cuales entienden que eso es un símbolo de egoísmo o un gesto de inmadurez. No lo pondré en duda, pero me gustaría darle otro punto de vista. ¿Y si no quiero elegir porque no quiero cerrarme puertas? ¿Y si no me gusta elegir porque no soportaría perder oportunidades? ¿Y si sólo intento buscar y encontrar lo correcto a través de varios caminos?. PREJUICIOS, de nuevo. Seré una persona insegura, inmadura, egoísta... puede ser que sí, al igual que puedo ser una persona cauta, oportunista y planificadora. Nunca se me dio bien eso de ponerme en frente de un camino y decir: ¿izquierda o derecha?. Tampoco me gustó eso de hacer una lista con los pros y contras para tomar una decisión. Quizá el miedo a equivocarme es lo que me hace no arriesgar. A lo mejor sólo busco aquello que más me favorezca, analizando el resto de ofertas que se me ponen sobre la mesa. 




Pero llega ese momento, tarde o temprano, en el que tienes que elegir. Sí o sí. Entonces, me entran las dudas y los nervios. Me empiezo a preocupar. Miro por mi bien. Hacer lo que quiero, hacer lo que es correcto, ir a lo seguro, arriesgar, ganar, perder... Al fin y al cabo, ELEGIR.

No hay comentarios:

Publicar un comentario