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sábado, 30 de abril de 2011

Tu felicidad es la mía


  
Te deseo lo mejor. Sí, te lo deseo porque, al fin y al cabo, en eso consiste el amor ¿no?, en que te importe más la felicidad de la persona a la que quieres que la tuya propia. Me ha costado mentalizarme pero, espero que te den todo lo que yo no pude.
Me conformaría con que esa persona te quisiera lo mínimo de lo que yo te he llegado a querer. Me conformaría con que soñara contigo una cuarta parte de las veces que yo lo he hecho. Y me conformaría con que te hiciera sonreír la mitad de veces que yo lo conseguí.
Creo que con eso podría hacerte lo suficientemente feliz…

martes, 26 de abril de 2011

Los recuerdos

Un silencio devastador se apodera de ella. Se siente incómoda, preocupada, molesta... sabe que algo va a ocurrir. Más silencio... Y es que, éste es tan grande que hace ruido. Ruido que se traspasa a su mente. De repente, la bombardean, en modo de imágenes, los recuerdos. La primera vez que le vio. La primera sonrisa pícara. La primera conversación. La primera mirada cómplice. El primer suspiro por él. Su primera foto juntos... Y así, sin pausa pero sin prisa, van llegando a su subconsciente... Sin piedad, entran y salen sin pedir permiso, y lo revuelven todo. Así son los recuerdos, fieles y traicioneros. Dulces y amargos. Felices y tristes. Piensa que todo ha terminado... siente esa sensación de alivio, pero algo le hace sentir un escalofrío que recorre su cuerpo de pies a cabeza. Coge aire. Un poco más, respiración profunda y sosegada… Respira tan hondo que percibe una fragancia. ¡No! ¡Es la fragancia de él!. Entonces, sin más reparo, se levanta y sale veloz del cuarto, corre lejos, quiere escapar pero su olor la rodea, la acosa, la persigue… Ella intenta huir aunque no puede. Es demasiado tarde. Ha quedado impregnada de su olor. Se apoya contra la pared y se desliza, dejándose caer al suelo. Piernas encogidas y dobladas, brazos apoyados sobre éstas, y cabeza sobre estos últimos. Es débil, o quizás, los recuerdos son demasiado fuertes. 



 
Unos minutos de paz. Otra vez ese silencio… levanta la cabeza, mira al frente con ojos llorosos y las mejillas húmedas. Se intenta levantar pero no tiene fuerza. Ha sufrido un gran desgaste al intentar enfrentarse a todo ello, pero ¿de qué ha servido?. Todos sabemos que por más que intentes alejarte de tus recuerdos, no puedes. Porque los recuerdos, son como los virus, se meten  dentro del sujeto al que quieren destruir y lo hacen desde el interior, lenta y sigilosamente… hasta que te das cuenta de que estás infectado, entonces… Entonces ya no puedes hacer nada, tan solo esperar a que alguien lo cure.

domingo, 24 de abril de 2011

¿ He cambiado o me has cambiado ?

Llevo mucho tiempo planteándome una seria duda: ¿ahora he cambiado yo o a mi "yo" lo cambiaste tú?. Aún no he sabido responder. La verdad, es que, cuando estaba contigo era más feliz, sonreía por todo, reía aún más, no discutía por casi nada, tenía una energía descontrolada, era más agradable, extrovertida, risueña y simpática, mi sentido del humor alcanzaba su gran auge, apenas me ponía triste y mucho menos, me salía llorar. Pero desde que todo eso se acabó... Desde que tú no estás tanto a mi lado, ya nada es igual. Tu ausencia ha cambiado mi ser. O quizás tu presencia fue la que lo cambió, no sé, ¿quién sabe?. Ahora, la que no paraba de reírse, de vez en cuando, muestra cierta mueca de felicidad, que se asemeja a una sonrisa. La que soñaba cada noche contigo, no tiene nada en lo que soñar, y eso la hace estar despierta a altas horas de la madruga, con la consiguiente falta de sueño, por lo que se levanta cansada, agotada, harta de la rutina. Los días que antes brillaban, se encuentran cubiertos de nubes borrascosas. Llueve, se le estropea el pelo, su ropa está húmeda, su aspecto empeora, pero ¿qué más da? nadie interesante la va a ver... Le da igual estar perfecta o estar hecha un desastre. Su sentido del humor sigue ahí, consigue hacer reír a los demás pero ella... ella no se ríe. A día de hoy, se le escapa antes una lágrima que una carcajada... Tampoco le molestan las cosas, simplemente, porque pasa. Pasa de él, de aquél de allí, de esa otra, hasta de ella misma... Ausente del mundo. Ahora, un silencio tiene más valor que cualquier palabra que se pueda pronunciar. Se limita a observar, a contemplar... Se pregunta y se vuelve a preguntar. Y se responde, no, eso no. Nunca encuentra las respuestas y todo esto se convierte en un ciclo vicioso.

Y aquí está, cual princesa de cuento encerrada en una torre que espera la llegada de un príncipe que la rescate y que la haga olvidar, que la aleje de ese mundo de luces, pero sobretodo, de sombras. Pobre ilusa... ¿cuándo entenderá que los príncipes azules no existen?.

jueves, 21 de abril de 2011

¡Estamos de celebraciones!


Hoy, a modo de agradecimiento, quiero brindar por:
-Cada persona que me hizo derramar una lágrima
-Esa persona que me jodió en algún momento de mi vida
-Aquélla otra que me sonreía de frente, y por la espalda me apuñalaba
-Esa persona que dijo: SIEMPRE; y resultó ser: NUNCA
-Todos aquellos que tiran la piedra y luego esconden la mano
-Él y por ella, y porque sean muy felices en su puto cuento de amor
-Los "amigos" que se hacen llamar así cuando no saben el verdadero significado de esa palabra
-Esa persona que me dijo: “nunca te dejaré sola” y gracias a ella me he hecho amiga íntima de la soledad
-Todo lo que me fastidió a lo largo de la vida
-Por cada llanto a altas horas de la madrugada, por cada golpe a la pared, por cada caída al suelo, por cada sonrisa fingida, por cada te quiero falso, por cada abrazo insignificante, por cada enfado en vano…

Hoy quiero brindar por todo ello, porque gracias a eso, soy lo que soy. El resultado de cada brindis es lo que veis aquí y ahora. Detrás, no hay nada más. 



Me encantas


 Me encanta contemplarte en la distancia y recorrer con mi mirada tu figura. Adoro cómo te colocas el pelo, cómo te miras en cada cristal que se encuentra en tu camino para estar tan perfecto como siempre. Amo la forma que tienes de andar, ausente del mundo exterior y centrado en el tuyo interior. Tú, tus cascos, tu música, tus pensamientos… Ese compás que marcas cada vez que dejas tu huella en la acera; la huella que intento seguir para encontrarte y con ello, encontrarme a mí, también. Me gusta la postura que adoptas al caminar, tenso y relajado a la vez; manos semi-cerradas, espalda erguida, cabeza alta, mirada al frente, paso firme y veloz… Algo que resume muy bien tu personalidad. Coqueto, solitario, seguro de sí mismo, responsable, impaciente, aparentemente duro y distante, pero siendo tierno y cercano, en el fondo. Quizás me guste tanto observarte en silencio porque me permite descubrir algo más acerca de ti. No me preocupa lo que las palabras no lleguen a decir porque sé que los gestos, tarde o temprano, me lo revelarán.  

domingo, 17 de abril de 2011

Without words

 
Me gustaría poder expresar lo que siento y escribir sobre mis pensamientos. Me encantaría redactar cada reacción de mi ser y plasmarla en una hoja en blanco. Ojalá tuviera las palabras adecuadas para este momento, pero no. La verdad es que no tengo palabras, y no hay nada que me dé más rabia. Intento escribir sobre lo que siento, pero no puedo porque no sé lo que siento. Intento hallar una solución al problema, pero no puedo porque no sé, siquiera, si existe ese problema. Intento conocer mis deseos, pero no puedo porque no sé qué deseo quiero que se me cumpla. Intento soñar, pero no puedo porque no sé cuáles son mis sueños. Intento reflejar aquí mis ideas, pero no puedo porque no sé qué pienso. Intentar y no poder, que frustración ¿verdad?. 
Por eso, mientras esté sin palabras me tomaré un tiempo... necesito saber qué necesito. Simplemente, mi interior requiere un poco más de paciencia para aclararse. Cuando sepa, volveré a escribir. 

viernes, 15 de abril de 2011

Esto es AMOR

+¿Qué tal estás?
-Muy bien, feliz
+¿Y eso?
-Hoy le he vuelto a ver, después de tanto tiempo...
+Ah, claro, estás así por él, como siempre... Bueno y ¿qué ha pasado?
-Pues que me he sentido viva, hoy me he sentido yo. Le he mirado, me ha mirado, nos hemos saludado, un par de besos, unas cuantas palabras y algún que otro gesto que me han hecho sonreír. He notado cómo me recorría ese cosquilleo por todo el cuerpo, cómo me subadan las manos, cómo me brillaban los ojos, cómo me temblaba la voz, cómo se me aflojaban las piernas, cómo la comisura de mis labios no paraba de crecer... Ha sido tan especial... No tengo suficientes palabras para expresarme. Son tan espectaculares las reacciones que provoca en mi ser, tan peculiares, tan únicas... Sólo a su lado siento. Él es el motivo de mi felicidad. ¡Le necesito tanto...!
+¡Estás hecha toda una filósofa!
-Esto no es filosofía, esto es AMOR.


lunes, 11 de abril de 2011

Tu sola presencia

Nunca me había dado por fijarme en ti. Siempre te consideré una persona más. Otra pequeña pieza de este puzzle llamado mundo. Ni siquiera sé por qué has empezado a llamar mi atención. Ocurrió hace un par de meses... 
Tuve un mal día, todo se volvió gris, pero tú cual sol, despejaste las nubes y me permitiste ver el cielo. Hiciste que mi día se tornara de otro color. Un color rosa soñador, o quizá verde, sí, un verde esperanzado. Un color amarillo ilusión, un color rojo pasión o un color azul serenidad. Qué digo... Dibujaste en mi mirada el puto arcoiris. Me inundó una sensación nueva... Te miré a los ojos. Me miraste. Unos segundos de pausa, 2,3,4, no más, los justos, los necesarios. Me sonreíste. Te sonreí, me sonrojé y miré al suelo. Paf. Ya está. Fue el detonante que ha marcado estos días de felicidad en mi vida. Desde entonces me levanto cada mañana con un sonrisa esperando el momento en el que nos volvamos a cruzar y se repita en mi interior esa dulce sensación. 



Mi mayor tentación... tu sola presencia.

jueves, 7 de abril de 2011

Moraleja del día: no dar un falso paso atrás

Hoy me pareció escuchar tu voz; tu dulce y única voz. Hoy mi sentido olfativo reconoció tu fragancia; ese sutil y arropador aroma. Hoy he visto tu mirada en los ojos de la gente, y tu sonrisa en labios ajenos. Hoy he sentido tenerte cerca, he creido que tus manos recorrían los rincones más ocultos de mi ser. Hoy se me ha estremecido el cuerpo al imaginar que estabas en frente mía. Hoy me ha dado un vuelco el corazón. Hoy he vuelto a notar cómo fluía la sangre por mis venas y cómo me demostraba que aún sigo viva. Hoy, y sólo hoy he vuelto a sentirme feliz durante unos minutos. 





Pero no todo lo que reluce es oro... 

Sé que no debería haber sentido eso, que entre tú y yo no puede haber nada. Me di cuenta, hace tiempo, de que sentir eso solo me hace feliz un par de minutos, pero luego el dolor es insoportable, como un fuego abrasador. A pesar de todo esto, hoy mi subconsciente me ha jugado una mala pasada. Me ha engañado sin darme explicación alguna. Simplemente lo ha hecho, sin piedad, sin pedir permiso, sin remordimientos. Me ha dejado descolada, confusa, pensativa... Ha conseguido que me vuelva a plantear miles de preguntas, cuyas respuestas no conozco (algo que me asusta). Ha llevado a cabo su plan: hacerme dudar. Pero aunque la mente haya sido más fuerte, en este caso, le he pedido consejo a mi corazón. Y me ha dicho, cito textualmente: "Estoy en proceso de reconstrucción, aquí somos un equipo, cualquier desliz, el más mínimo error, y me volveré a romper en mil pedazos...". 
¿Y sabes qué? Tiene razón. Y por una vez, voy a hacerle caso a él y no a ti, estúpida cabeza.

martes, 5 de abril de 2011

Prejuicios

Vivimos en una sociedad basada en los prejuicios, en gran parte. Somos de ese tipo de gente a la que le gusta mucho hablar sobre los demás y dar su opinión gratuitamente. Demasiadas personas hablan, pero muy pocas saben, de verdad, lo que dicen. Y es que hablar sin saber es algo que me cabrea. ¿Quién decide lo que es bueno y lo que es malo? ¿Quién puede impedir que dos personas estén juntas? ¿Quién es lo suficientemente bueno para mostrarse como ejemplo? ¿Quién es tan necio de creerse algo en el mundo? ¿Un referente, quizás?...
Por eso, yo intento ponerme en la piel de los demás antes de juzgarles. Por ejemplo, hablamos de prejuicios cuando alguien se opone a que dos personas estén juntas, ya sea por motivos de distancia, de edad, de raza, de sexo... ¿Somos tan estúpidos? Pues sí. Somos realmente ignorantes. Creemos saberlo todo pero no sabemos nada. Somos un cero a la izquierda en este mundo. Insignificantes, tal vez. Quizá, ése sea el motivo por el cual, cuando para alguien no eres insignificante, sino lo contrario, lo eres todo para él, eres lo más valioso de su mundo, qué digo, eres su mundo, ¿cómo se puede atrever alguien a juzgar lo que ni siquiera siente?.
El mundo tiene pocas cosas buenas, una de ellas es la existencia del amor. Si lo prohibimos, ¿qué nos queda?.

domingo, 3 de abril de 2011

Despedida

Después de varios meses sin verse...

>Hola, ¿cómo estás? - dice con un tono vivo y apagado, a la vez. Le mira a los ojos fijamente buscando respuestas
+Buenas, pues bien - mira a otro lado. Desvía la mirada. Miente - ¿Y tú qué tal estás?
>Bien también ... - mira al suelo, triste por haber escuchado un "bien" de su boca y no un "te he echado de menos"
+¿Qué es de tu vida? - le pregunta con la intención de averiguar si está con alguien o si sigue esperándole como un día ella le prometió.
>La misma rutina de siempre. Estudios, amigos, familia... ya sabes, los mismos intereses. ¿Y de la tuya? - imagina que debe estar con alguien, y lo pregunta temerosa, con miedo a escuchar un "pues estoy una chica y...".
+Mucho trabajo, ya me conoces. De aquí para allá, sin parar. Apenas tengo tiempo para mí mismo.

Se hace un silencio, se miran durante unos segundos. Permanecen callados, ellos, las personas, las calles, el mundo se detiene en ese instante. El único sonido que se puede percibir es el de los latidos de sus corazones. 
Suena un móvil. Es el de él. Lo mira de reojo. Quiere contestar para interrumpir ese incómodo silencio, pero por otra parte no quiere alejarse de ella. No ahora que ha vuelto a verla, a hablarla, a mirarla. Ahora que ha vuelto a sentirse vivo. Ella sonríe.

>No importa, cógelo, podemos hablar en otro momento...
+Está bien, entonces nos veremos otro día - sonríe falsamente. Se maldice, a él y al teléfono.

Ella se da la vuelta y coge el camino contrario al de él. Caminan despacio pero en direcciones opuestas. Empieza a llover. Él cuelga la llamada. Y entre gotas de lluvia y de lágrimas se alejan mientras piensan:


>Le he perdido
+La perdí


sábado, 2 de abril de 2011

Simplemente, soy así

Me gusta que se fijen en mí, llámame niña mimada pero recuerda que tampoco soy una niña. Ni siquiera soy mujer. Soy algo diferente, como una vocanada de aire fresco en un día caluroso. Soy una persona que se maravilla al comtemplar su alrededor, a la vez que se maldice por vivir en este mundo. Soy aquélla que le ve a todo un rasgo positivo y uno negativo. Soy los dos polos en uno. Soy risueña y melancólica. Soy activa y perezosa. Paciente e impaciente. Alta y baja. Delgada y gorda. Soy especial e indiferente. Soy simpática y antipática. Soy encantadora y malévola. Soy inteligente y soy tonta, también. Soy ángel y demonio. Soy ciencia ficción y realidad. Soy risa y lágrima, al mismo tiempo. Soy carcajada y llanto, simultáneamente. Puedo llegar a ser tu sueño, pero también tu pesadilla. Puedo enamorarte o puedo desenamorarte. Soy optimista y pesimista. Soy de ideas fijas y de pensamientos variantes. Soy tranquilidad y locura. Soy paz y guerra. Soy rutina e innovación. Soy responsable e irresponsable.
Soy de las que piensan que todo en esta vida es relativo, que todo está en continuo cambio, y yo, para no desentonar, también. No me gusta que la gente se acostumbre  o se aburra de mí, por eso intento ser distinta. Trato de ser tan imprevisible que nunca se sepa por dónde voy a salir. Procuro darle un toque especial a la vida que la haga más llevadera. Simplemente, soy así y me gusta. 

Ella


Eres tú la que me arropa en las tardes más frías. La que me da su calor en los meses de invierno. Eres aquélla que me abraza cuando estoy rendida en mi cama. Ésa que aparece de repente y se queda a mi lado durante interminables horas. La que reaparece cuando me caigo. Tú eres la que me habla a altas horas de la madrugada y la que me acompaña en mi camino. Tú, tan leal como siempre. Nunca me dejas, y si lo haces, vuelves presto. Mi querida seguidora... la que no me pierde de vista ni en el rincón más oscuro. Tú, la que me hace sentir. Tú, la que me hace reflexionar. Tú, la que me hace entristecer. Tú, la que me habla en silencio.
Tú, fiel compañera de mis noches, SOLEDAD.