Visitas

jueves, 31 de marzo de 2011

Lo intentaré


-Ha llegado el momento
+¿A qué te refieres? ¿Qué momento?
-El momento de reflexionar sobre estos años. El momento en el que me he dado cuenta de que toca dejar a un lado todo lo que pudo ser y no fue....
+¿Vas a olvidarle?
-¿Olvidar? No se puede olvidar.
+¿Entonces? ¿Qué quieres decir?
-Pues que llegó la hora de dejarlo atrás, de hacerle a un lado de mis pensamientos, de intentar no recordar cada palabra, cada gesto, cada sonrisa, cada mirada, cada caricia...
+¿De verdad quieres hacerlo?
-Simplemente sé que debo hacerlo
+Pero... ¿y todo lo que habéis vivido? ¿por qué no sigues luchando por ello?
-Porque no me ha dado motivos para hacerlo. Lo que hemos vivido siempre estará grabado en mi corazón, de hecho quiero que lo esté pero fuera de mi mente. Tengo que ser yo misma. Tengo mi propia vida. No quiero depender de la de otra persona. Esta vez seré yo y sólo yo.
+¿Estás segura de que lo conseguirás?
-No, pero al menos lo intentaré.

martes, 29 de marzo de 2011

Jugando con la im/perfección

 +¿Por qué me miras así? 
-Estoy reflexionando sobre todo lo bueno que tienes. Pensando en todas y cada una de tus virtudes.
+¿Por ejemplo?
-Tienes la virtud de darme la calma cuando me altero, la de hacerme callar cuando es necesario, la de protegerme bajo tus brazos cuando algo me asusta, la de hacerme reír hasta que me duelan las mejillas, la de hacerme sentir especial, la de animarme en mis peores momentos... Eres perfecto
+Eso lo dices porque me quieres, pero sabes que no es verdad
-¿Sí? Pues dime algún defecto que tengas
+Soy tímido, reservado, callado, impaciente y, a veces, borde. Soy incapaz de demostrar mi cariño a los demás tanto como ellos me lo demuestran a mí. Soy una persona solitaria e independiente, y por eso, hago muchas veces daño a quienes no lo merecen. Necesito mi libertad, mi espacio. Estoy acostumbrado a recibir más de lo que doy. No me entiendo a mí mismo y consigo confundir a los demás. Intento ser sincero pero casi nunca lo consigo. Soy experto en crear mil y una escusas. 
¿Te vale con esos?
-Déjame confesarte una cosa
+Dime
-Me encatarán tus virtudes pero me enamoré de tus defectos.

Ni ella ni él

Se sentía vacía, de nuevo. Tenía la necesidad de caminar lento por las calles solitarias de su cuidad... la necesidad de pasear por el parque más lejano para evitar encontrarse con alguien, solamente necesitaba encontrase a sí misma. Lo deseaba tantísimo... Habían sucedido tantas cosas inesperadas en su vida, que no se reconocía. Ha cambiado y aún no sabe si para bien o para mal. La incertidumbre la mata poco a poco, lenta y dolorosamente... Odia no saber. Odia mirarse en el espejo y no verse reflejada. Odia buscarse y no encontrase. Jamás pensaría que podría cambiar, pero


Ella ya no es ella, quizás porque él tampoco es él. 

domingo, 20 de marzo de 2011

Recordando recuerdos

Ya van casi dos años y medio que llevo enamorada de ti. Los dos años más felices de mi vida, sin duda. 
Aún recuerdo cuando te vi por primera vez, ese primer cruce de miradas... Recuerdo cómo me empecé a fijar en ti; me bastó con escuchar mi nombre en tus labios, donde me di cuenta de que era más bonito si sonaba con tu voz. Sólo con eso, conseguiste que me fijara en ti. Y todo comenzó... Al cabo de unos meses ya me sabía de memoria el mapa de lunares que dibujaba tu cuerpo, el sentido en el que te colocabas el pelo, y reconocía incluso cuándo estaba como a ti te gustaba, y cuándo no. Sabía el ángulo exacto de la inclinación de tu nariz. Conocía perfectamente la mueca que producían los distintos tipos de sonrisas que regalabas. Aprendí a reconocer tu estado de ánimo a través de tus ojos. Esos que me permitían ver lo más profundo de tu alma. Ese marrón intenso en el que me podía ver reflejada. 
Me hace gracia recordar cómo pretendía engañar a los demás para que no descubrieran que estaba locamente enamorada de ti. La verdad es que les decía todo lo contrario a lo que pensaba. Sobre todo a ellas. Todas locas por ti, y yo tan celosa como siempre... Me obligaban a hablar mal de ti para que te dejaran en paz. Para que nos dejaran en paz. Y a partir de ese primer "nos" que se me pasó por la cabeza, se me pasó por la cabeza la idea de conseguirte. ¿Por qué no?. Soñando cada noche contigo, levantándome cada mañana pensando en ti. Viviendo el día a día con la ilusión de verte o, simplemente, de escuchar tu voz. Pero después de dos años y algo, todo lo que había se congeló. Se quedó atrapado en otro tiempo. En ese tiempo en el que estábamos realmente bien. 
Pero, ¿sabes qué?. A pesar de haber derramado infinitas lágrimas durante eternas noches y amaneceres... si tuviese la elección de volver al pasado y poder elegir un camino, elegiría el mismo. Sí, me volvería a enamorar de ti y a pasar por todo  lo que estoy pasando. Contigo he sido tan sumamente feliz que no me arrepiento de nada y sé que tú también sentiste algo, aunque al final ... ¿de qué final estoy hablando? Lo nuestro aún no ha tenido un final...


 Te echo de menos

miércoles, 16 de marzo de 2011

Tú y no él

Siento la necesidad de tenerte a mi lado. Sobre todo cuando sueño con él. Cuando le recuerdo. Cuando sonrío por su culpa. Cuando me mira y me inunda la felicidad. Cuanto más me acuerdo de él, más te necesito a ti. Te quiero a mi lado, para que me puedas proteger del pasado, de ese pasado que intenta sobreponerse al presente... pero no le dejes, por favor. Quiero tenerte a ti, quiero enamorarme de ti, quiero que aparezcas tú en mis sueños y no él, quiero que esto sea verdad, quiero que un tuyo y mío se convierta en un nuestro. Quiero ser feliz a tu lado, en el presente, en el aquí y ahora. Ayúdame a dejar de lado a un pasado que otra vez está ocupando un lugar en mi mente y en mi corazón. Sé que eres el único del que podría volver a enamorarme hasta la médula... Tú eres el único que me ayudaría a olvidar. Tú y sólo tú eres el único que podría hacerme sentir casi igual que él. Tú eres lo que necesito y por ti voy a luchar. Lo prometo.

sábado, 12 de marzo de 2011

Las palabras están sobrevaloradas

¿Qué hay más bonito e intenso que un silencio?. Ese momento que me permite recorrer con la mirada cada poro de tu piel. Ese instante tan fugaz y eterno al mismo tiempo. Esos segundos en los que me quedo anonadada contemplando tu figura.
Empiezo por tu pelo, tan perfecto como siempre, bajo hasta llegar a tus ojos, esos ojos que me hipnotizan, esa mirada que me hace vibrar y que consigue llamar mi atención, sin permitirme apartar mis ojos de los tuyos cuando me miras... Continúo por tu nariz, y ¿sabes qué?, nunca te lo he dicho, pero me encanta. Bajo y me encuentro con tu boca, con tus labios, con tu sonrisa... Pff, debo reconocer que es mi debilidad. Me detengo y la miro con deseo, con ganas, con lujuria, con pasión... Tu boca me vuelve loca y tu sonrisa me enamora. Eres jodidamente perfecto. Luego, continuo deslizando la mirada... tu cuello, tu torso, tu cintura, sigo bajando, hasta llegar a los pies y rápidamente vuelvo a subir la vista.
Entonces te miro a los ojos y tú me miras. Nos quedamos callados, contemplándonos... intentado descubrir qué piensa la otra persona... Entonces me sonríes como sólo tú sabes hacer, entonces yo... Yo sólo puedo sonrojarme y devolverte la sonrisa...


viernes, 11 de marzo de 2011

Ese momento previo al beso...

Porque muchas veces, aunque sepamos que hay algo especial entre los dos, un sentimiendo puro, único, verdadero, real... un sentimiendo llamado AMOR, se necesita un beso que lo exprese con seguridad.
 
Ese momento en el que, por fin, te decides a dar el paso, en el que no sabes si sí o si no, que estás indecisa pero tu cuerpo, lentamente, se inclina hacia la otra persona. Cuando le miras a los ojos fijamente buscando una respuesta, un mínimo movimiento. Cuando te sientes la persona más insegura del mundo. Cuando sabes que te estás arriesgando y que sólo tienes un 50% de posibilidades de ganar. Cuando esas décimas de segundo se hacen horas... un momento interminable. Indecisión, dudas, miedo, inseguridad... tantas emociones en tan poco tiempo... Tu corazón se acelera, lo escuchas como si estuviera fuera de su caja, sonando más fuerte cada vez... Se te va a salir. Y cuando por fin crees que llega ese momento en el que los labios se encuentran, cuando te sientes tan cerca de rozar el cielo, de alcanzar las nubes y de volar alto... justo en ese mismo momento... se rompe todo y te quedas con las ganas de haberlo hecho. Lástima, otra oportunidad perdida, pero... si hay amor, lo demás llegará por sí solo.

jueves, 10 de marzo de 2011

Todo esfuerzo tiene su recompensa

Después de tanto esfuerzo, de tantos intentos, de tantos momentos malos y otros tantos poco buenos, después de alguna que otra lágrima y después de algunos sacrificios, por fin llega eso que tanto deseabas, que tanto merecías, que tanto anhelabas...
Ese momento en el que lo consigues. Ya está. Lo has conseguido y lo mejor de todo, lo has hecho tú sola. Y no puedes parar de sonreír. Eres feliz porque ves que todo esfuerzo tiene su recompensa. Lo valoras mucho más. Cuando te cuesta, y lo alcanzas por fin, le das el doble del valor real que tiene. ¿Por qué? Porque es muy importante para ti. Has sido capaz de superarte, tanto tus espectativas como las que quizás tuvieran los demás de ti. Te sientes realizada y eso te otorga felicidad. Tu autoestima está por las nubes, confías mucho más en ti misma, sabes que eres capaz de conseguir lo que te propongas y sobre todo tienes ganas. Ganas de seguir mejorando, de volver a superarte, de proponerte más retos y alcanzarlos. Ganas de levantarte un día y decir: me voy a comer el mundo.

sábado, 5 de marzo de 2011

¿Realidad o ficción?¿Qué es mejor?

Cuando conocemos a alguien y al cabo de un tiempo empezamos a sentir cariño hacia él, aparecen nuestras primeras sonrisas tímidas, nuestros primeros sonrojos, nuestras primeras miradas, nuestras primeras palabras... Todo esto conlleva a los pensamientos. Aquí es donde empieza lo más complejo. Nos surgen preguntas tipo: ¿Sentirá algo por mí? ¿Pensará lo mismo que yo? ¿Se dará cuenta de lo que hago por él? ¿Me dedicará algo de tiempo en sus sueños?. A partir de ahí nacen las ilusiones. La vida ficticia para algunos, la vida real para otros.
Muchos de nosotros tenemos miedo a sentir algo por alguien, más que a sentirlo, a ser rechazados. Miedo a desilusionarnos, a decepcionarnos, a estropear el vínculo que teníamos con esa persona. Por este motivo muchas veces no damos el paso. Nos limitamos a justificar nuestro comportamiento injustificable: "Si quiere algo ya vendrá, yo no voy a estar detrás suya como un perrito faldero". Y bien, ¿cuál es el resultado de esta mentalidad?. Es verdad que muchas veces nos hacemos ilusiones, nos alejamos de la vida real, preferimos vivir en las nubes; allí todo es como queremos. Pero, ¿qué ocurre con la vida real?. Cuando te sacrificas por alguien, por estar con alguien, por hacerle feliz, por verle sonreír, para que te dedique una sola palabra al día, y ves que tu esfuerzo es en vano, ¿qué se nos pasa por la cabeza?. Empiezan nuestros pensamientos negativos: "tenía que haberme dado cuenta antes de que no siente lo mismo por mí", "¿cómo he podido ser tan estúpido/a?", "y pensar que me enamoré de alguien como él....". Pues sí, a partir de este momento empieza nuestra vida real. Pero, si no te ilusionas, si no te marcas objetivos, si no te propones alcanzar las mejores metas, si no se te pasa por la cabeza conseguir imposibles, ¿qué hacemos aquí?.
Si no quieres decepcionarte ni sufrir, no te ilusiones. Se pesimista. Por el contrario, si quieres vivir, ilusiónate, lucha por tus ideales y tus creencias. Se positivo. Y lo más importante: jamás te des por vencido.

Haces que el día más oscuro, brille

¿Quién me diría a mí que este día sería tan perfecto?
Un viernes lluvioso, frío, entristecido y nublado se convirtió en un día soleado, arropador, sonriente y despejado, y ¿sabes por qué?. Por ti. Sí, como lo has oído. Has hecho que el día más oscuro brille.
Ha sido volver a verte de nuevo y recorrerme por todo el cuerpo esa sensación. Ese escalofrío tan fantástico que va de pies a cabeza pasando por el corazón. Pum... pumpum... pumpumpum.... y cada vez más rápido conforme te acercabas. Y ahí estabas tú, en frente de mí. Tú, tu mirada, tu sonrisa, tu olor, tus manos... Tú, mi perdición. Y es que a pesar de haberme empapado desde la primera pestaña hasta el dedo meñique del pie, ha vuelto a ser uno de los mejores días en estos últimos meses. Gracias por hacerme feliz, aunque sea por unas horas a la semana, por hacer que me olvide de los problemas cuando estoy a tu lado, por darme las fuerzas necesarias para luchar por alguien, por hacerme sentir tan a gusto con un chico, por hacer que quiera empezar una vida nueva. Gracias por ser así y por sacar lo mejor de mí. 
Me gustas, eso está claro... Y aunque a día de hoy sólo me veas como una buena amiga, tarde o temprano caerás. Lo sé. Te acabarás enamorando de mí. ¿Saber por qué lo sé?. Porque me lo dice tu mirada.