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sábado, 25 de junio de 2011

Recordar sin que duela

Intenté tomarla contigo. Juzgarte. Infravalorarte. Echarte la culpa de cada error. Me enfadé con cada recuerdo que me intentaba atrapar. Lloré de rabia, de dolor. Me arrepentí de lo ocurrido entre nosotros. No, eso no pude hacerlo. Entonces entendí que de nada me servía todo aquello. Que yo, la que te ha estado queriendo durante años, no puede enfadarse contigo. No sé fingir y cuando te veo, aún menos. No puedo mirarte con malos ojos ni puedo hacerte un mal gesto. No soy capaz. Fuiste y eres  mi mayor debilidad. ¿Cómo odiar a esa persona que te ha hecho realmente feliz? ¿Cómo enfadarte con ese alguien que te hizo descubrir lo que es el amor? ¿Cómo reprocharle que cada día te sacara miles de sonrisas? No se puede, al menos, yo no puedo. Has sido esencial en mi vida. Y aunque ahora ya nada sea igual, ni por asomo, quiero que sepas que estoy aquí. Que aunque no me veas, ni me escuches, podrás sentirme. Recordar sin que duela, ahí está la clave.


lunes, 20 de junio de 2011

A chance

Fue tu cara de niño bueno, casi angelical, que demostraba una felicidad interna inigualable, tu cabello dorado, tus ojos azul cristalino portadores de tranquilidad, de paz, de sosiego, o quizás fue tu sonrisa deslumbrante cubierta en menor proporción de unos labios finos y marcados, con un ligero toque de humedad, y protectores de una dentadura blanca, pura, limpia, clara, que invitaba a la admiración. Tuvo que ser tu carcajada y el sonido de ésta, más complaciente que cualquiera de las 140.000 risas que pudieran existir en el universo en ese momento. Tú, tu presencia, tu seguridad y confianza... Sería el olor que desprendías por cada poro de tu piel y del cual se impregnaba mi sentido olfativo hasta calarme los huesos.
Todo esto fue el causante de la fijación de mis pupilas en tu ser. TODO lo que tienes te hace mágico y especial, como una especie protegida en peligro de extinción. Solo déjame que te muestre. Déjame enseñarte cómo recorren las mariposas tu laberinto interior. Te enseñaré el juego del escondite con el que disfrutan tus pensamientos. Te haré reír castigándote con mortales cosquillas. Me sumergiré en tus sueños y allí te cuidaré para que cuando despiertes lo hagas con una sonrisa. 
Si supieras que todo esto va a pasar, seguro que no lo desperdiciarías. 

viernes, 17 de junio de 2011

Ya es tarde


Y casi sin darse cuenta la perdió. Habían ocurrido muchas cosas entre ellos dos, o tal vez, el hecho de que no pasaran había sido el detonante. Cuando quiso darse cuenta de que la necesitaba, cuando supo realmente lo feliz que era gracias a ella, cuando sintió que la quería, ya era demasiado tarde. Ella se marchó, pues había tomado una decisión irrevocable. Su mirada, su sonrisa, su piel, su fragancia se fueron con ella. Y a él no le quedó nada. Una sensación de vacío que llenaba la cama cada noche. Un millón de ilusiones rotas que le acompañaban en su rutina. Decenas de ocasiones que se quedaron en eso, y no en acciones. Miles de remordimientos que apretaban fuerte. Eso fue lo que le quedó a él. ¿Y a ella? ¿Qué le quedó de él?. Todo, puesto que en su corazón él seguiría latiendo eternamente. 

Pero, hay veces que tienes que tomar una decisión y afrontar las consecuencias. Ellos lo hicieron. Ahora, ¿qué pasará?.

miércoles, 8 de junio de 2011

Mi vida se fue a la par que tú

Dicen que la han visto contadas veces entre las sombras de su alma. Que cada día mira su reloj y siempre encuentra la misma hora, cuando él se despidió. Cuentan que se ha hecho amiga de la soledad y que cada noche dialoga con el desengaño. Se rumorea que se ha hecho inmune, que se ha convertido en algo efímero. Hablan sobre su mirada y sobre el color de sus ojos, que pasó de verde a gris una mañana de invierno. Nadie se atreve a hablarla pues no tiene ni voz. Se le han olvidado todas las letras del abecedario, excepto las que lleva su nombre. Ésas las lleva tatuadas a fuego en su interior. 



Un mundo para nosotros



Pasear cogidos de la mano por la orilla del mar de los recuerdos. Llevarte al infinito con solo una caricia y elevarte por encima de las nubes con la mirada. Primera parada: el pasado. Quisiera que me abrazaras y con la tranquilidad que eres capaz de darme, me llevases al momento que más te gustó cuando estábamos juntos, y quedarnos allí. Eternamente. Quietos, hablando con los ojos y escuchando con el corazón. Tú, yo, y un mundo para nosotros solos. Nadie másPerfección absoluta. Un comienzo sin final o, un final con comienzo. Un querer y poder. Un amar y hacerlo libremente. Un bésame y cierra los ojos. Con pasión, con cariño, con sinceridad, con afecto, con paciencia, y sin tapaderas, sin tapujos, sin mentiras, sin prejuicios, sin problemas. Nosotros, solo nosotros.

lunes, 6 de junio de 2011

Tú eres mi mundo

No soporto la idea de estar mal, pero soporto menos aún la idea de que lo estés tú. 

Te miro y te sonrío, como siempre, buscando tu misma respuesta. Ese gesto que cada día me da las fuerzas necesarias para continuar y plantarle cara al mundo. Lo intentas. Haces el esfuerzo. Hoy no. Me miras, pero tus ojos no brillan como antes, tienes una mirada apagada. Los párpados te pesan toneladas. Una sombra morada debajo de estos te delata. No has pasado una buena noche, quizás no has tenido un buen día, o tal vez, has soportado un duro fin de semana. Quién sabe. Me pregunto. Entorno la mirada y la vuelvo a fijar en ti. Estoy alerta. Mis ojos te están preguntando: "¿qué te preocupa?". Me observas y me haces una mueca semejante a una de tus sonrisas, en un vano intento de aparentar que estás feliz. No, a mí no me engañas a estas alturas. No estás bien... 

Más tarde, tus comportamientos, palabras y actos te hacen confesar involuntariamente. Mal humor, ceño fruncido... tú no eres así. ¿Qué pasa?. Entonces, mi subconsciente se acciona y me llueven miles de ideas para hacerte salir de ese estado confuso en el que te encuentras. Pienso, medito, reflexiono... intento conocerte. Mis labios pronucian la primera estupidez que pasa por mi mente. "Soy idiota", pienso. Pero entonces, sonríes. Una sonrisa sincera, complaciente, pura. Algo en mi interior florece.

Y yo me siento como si hubiera ayudado a esos millones de personas que sufren día a día, que no tienen nada ni a nadie. Me siento solidaria con el mundo. A lo mejor es porque para mí el mundo sólo lleva un nombre; el tuyo.

domingo, 5 de junio de 2011

Sigues ahí, clavado...



Pensé que te había dejado al margen de mi vida y que podía continuar sin que tu recuerdo me apuñalase a traición cada anochecer. Creí que algún día podría escuchar tu nombre sin temblar y que al verte no sentiría esas estúpidas mariposas sobrevolando el cielo. Imaginaba que no sonreiría como una idiota cuando tú lo hicieras. Pobre de mí, de mi ilusión y de mis deseos en vano. La realidad es muy diferente...
Una canción, una foto, una palabra, un gesto, una película, un libro, cualquiera de estas cosas es suficiente para darme cuenta de que sigues ahí. Clavado. Te echo de menos y luego me echo en cara todo lo que no debí sentir. No, no debía enamorarme de ti, pero, ¿acaso elegimos de quién nos enamoramos?.