Visitas

sábado, 25 de junio de 2011

Recordar sin que duela

Intenté tomarla contigo. Juzgarte. Infravalorarte. Echarte la culpa de cada error. Me enfadé con cada recuerdo que me intentaba atrapar. Lloré de rabia, de dolor. Me arrepentí de lo ocurrido entre nosotros. No, eso no pude hacerlo. Entonces entendí que de nada me servía todo aquello. Que yo, la que te ha estado queriendo durante años, no puede enfadarse contigo. No sé fingir y cuando te veo, aún menos. No puedo mirarte con malos ojos ni puedo hacerte un mal gesto. No soy capaz. Fuiste y eres  mi mayor debilidad. ¿Cómo odiar a esa persona que te ha hecho realmente feliz? ¿Cómo enfadarte con ese alguien que te hizo descubrir lo que es el amor? ¿Cómo reprocharle que cada día te sacara miles de sonrisas? No se puede, al menos, yo no puedo. Has sido esencial en mi vida. Y aunque ahora ya nada sea igual, ni por asomo, quiero que sepas que estoy aquí. Que aunque no me veas, ni me escuches, podrás sentirme. Recordar sin que duela, ahí está la clave.


No hay comentarios:

Publicar un comentario