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jueves, 9 de marzo de 2017

Confesiones

Ni puta ni santa. No soy de extremos, sino de picos. Ya sabes, puta cuando puedo, santa cuando debo. Soy esclava de mi mente, paradójico en una psicóloga. Muchas noches no puedo dormir. A veces, ni la televisión puede atontarme la cabeza lo suficiente para descansar. Siempre estoy cansada. Nací cansada, vivo cansada y moriré de cansancio. Al principio todo me da pereza, pero luego me cuesta parar. Lo mismo en el amor. Llevo desde los 9 años involucrada en relaciones. Mi primer beso fue con esa edad, con mi primer novio y fui yo la que dio el paso. Sin embargo, el 90% de besos restantes los he recibido, tras haberlos provocado. Me encanta poner a la gente a prueba. Me fascina ver hasta dónde puede llegar un tío. Me gusta más la situación de tonteo que el hecho de follar en sí. Los tíos no son penes con patas. El sexo para mí es otra cosa. Si quiero meterme una polla, me la compro. No me gusta "hacer el amor". Me gusta follar. El amor se hace día a día con los pequeños detalles. El tamaño importa. No me gustan las despedidas, pero odio los finales abiertos. Me incomoda la incertidumbre, así que necesito tener el control de las cosas. Tengo rumiaciones constantes, las uñas mordidas, heridas en los dedos, migraña e insomnio puntual. Interiorizo casi todo lo que me pasa por no hacer daño a los demás. Todos los días me duele alguna parte del cuerpo. Como chocolate varias veces al día, creo que soy adicta. Soy muy celosa a nivel irracional, aunque razonando no mucho. Siento que dentro de mí conviven dos personas y que una de ellas casi nunca se deja ver por miedo. Me gustaría ser más valiente, pero no me sale. No soy muy sociable con la gente. De hecho, exterminaría al 70% de la raza humana. Cada vez tengo menos esperanza en la sociedad. Antes sólo me fiaba de mí misma, ahora ni eso. Me siento diferente. Me encanta salirme de estereotipos. Soy futbolera y futbolista desde que tengo memoria. Y sí, también leo y escribo poesía. A veces, me pongo cachonda con un "te quiero" y me emociono con sexo hardcore. No sé controlar mis emociones. Soy muy sensible aunque lo intente disimular. Cuando me enfado de verdad suelo quedarme callada porque soy incapaz de expresar lo que me pasa sin llorar. No sé hablar cuando lloro. A veces, siento que tengo un mantial indomable dentro. También me considero risueña, aunque casi siempre tenga cara seria. Me gusta estar sola. Paso la mayor parte del tiempo sumergida en mis pensamientos. Tengo un mundo interior propio por explorar. Considero que tendré éxito en mi profesión a pesar de todo. Lo que menos soporto en esta vida es que se pierda el tiempo, por eso casi siempre estoy haciendo cosas útiles. Me cuesta mucho desconectar. Y sí, el agotamiento físico es la mejor forma para conseguirlo. También que me cambien los esquemas, por eso muchas veces necesito un "córrete, puta" y un "fóllame, cabrón". Conciencia versus apetencia. Así, todos los días de mi vida.