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sábado, 26 de febrero de 2011

¿Dónde está?

Alguien que me haga reír, alguien que me cuide y proteja, alguien que me escuche, alguien que me quiera, alguien que se preocupe por mí, alguien que me recuerde lo especial que soy, alguien que me abrace con ternura, alguien que me hable con su mirada, alguien con quien compartir los mejores momentos, alguien que me entienda, alguien que no se canse de mí, alguien que siempre esté ahí. Eso es justamente lo que estoy buscando.
¿De verdad pido tanto?

miércoles, 23 de febrero de 2011

Sólo siente...

-¿Has tenido alguna vez esa sensación de la que todo el mundo habla?
+¿A qué te refieres?
-A lo del amor y eso... los enamorados hablan mucho de ella. ¿Alguna vez la has tenido?
+La única sensación que yo he tenido ha sido la de querer estar a su lado cada segundo de mi vida, la de querer coger el primer vuelo e irme con él a un mundo diferente donde solo estuviéramos él y yo, la de necesitarle hasta para respirar, la de saber que nunca iba a hundirme si estaba a su lado, la de querer salir corriendo a la calle y gritar bajo la lluvia que soy la persona más feliz del mundo, la de mirarle a los ojos y ver lo más profundo de su alma, la de rozar su suave piel y sentir un escalofrío que me recorría todo el cuerpo, la de ponerme nerviosa cada vez que le tenía cerca... La sensación de no querer despertar nunca de ese sueño.
-Creo que es justo esa sensación la que se tiene cuando estás enamorada.
+¿Si? Pues entonces debo estarlo...

domingo, 20 de febrero de 2011

La pieza del puzzle

Con el paso del tiempo he aprendido que muchas personas llegan a formar parte de tu vida, como por ejemplo tus padres, tus hermanos, tus primos, tus abuelos, tus amigos... Bastantes personas, sin embargo llega un momento en en el que solamente necesitas a una persona. Esa persona que aún no ha llegado o tal vez sí, pero se fue. Esa persona con la que has soñado tantas veces, con la que has visto tantos amaneceres tumbados sobre la arena de la playa, con la que tu vida real superaba los sueños, con la que no necesitabas más que un gesto para tocar el cielo, con la que una simple mirada te hacía sentir viva, con la que un suave roce te volvía tan frágil como una muñeca de porcelana... con esa persona que tanto deseas tener. 
Mi vida es un puzzle donde familia y amigos forman parte de él en forma de piezas, pero me falta una. Esa pieza que te hace ver todo más sencillo, más bonito, más dulce. Esa pieza con la que la vida cobra un sentido especial... Esa pieza eres tú.

sábado, 19 de febrero de 2011

AMISTAD

Déjame decirte de algún modo lo importante que eres en mi vida. Desde que te conocí siempre has estado ahí para todo, para las risas, para los secretos, para las lágrimas...
Tengo que agradecer a la vida que me haya dado la oportunidad de conocerte y de que estés a mi lado. Ahora me toca a mí hacer todo lo posible para que nunca te marches. Te necesito más de lo que puedas llegar a imaginar.
Eres tanto que no sabría qué palabras usar para que estuvieran a tu altura. Simplemente te puedo decir que te quiero mucho y que estoy aquí para todo. Intentaré devolverte todo el apoyo que me has dado en este tiempo. Te demostraré que no te has equivocado confiando en mí.
Por siempre, ¿vale?

jueves, 17 de febrero de 2011

No se olvida a quien se ama todavía

-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Claro, dime.
-¿Qué viste en él para enamorarte?
-Pf... ¿sinceramente?, no lo sé. Es ese tipo de persona de la que piensas que nunca te podrías llegar a enamorar. Sin embargo, sucedió.
-Eso es muy bonito, pero ¿algún motivo habría no?, algo te llamaría la atención o te gustaría para llegar hasta ese punto, ¿verdad?.
-Sí. Quizás lo que más me gustó de él fue que era distinto. Quizás era lo que siempre había buscado y nunca encontré. Quizás porque su sola presencia me hacía feliz. Quizás porque no nos hacían falta las palabras para expresar los sentimientos. Quizás porque él curaba todas mis heridas. Quizás por ser de esa forma me enamoró.
-Y ahora, ¿qué piensas de él?. Sigue siendo el mismo, ¿no?
-Él sigue siendo el mismo, pero yo no. He cambiado ¿entiendes?. Le di un giro de 180º a mi mentalidad. Mi vida no puede depender de la de otra persona.
-Entonces, ¿le has olvidado?
-No se olvida a quien se ama todavía.

domingo, 13 de febrero de 2011

Pura rutina

Porque hoy no es un día de esos que gustan vivir, hoy no es un día en los que me sienta completa, hoy no es un día para disfrutar, hoy no es un día en el que me salga sonreír. Pero hoy sí es el día. Hoy es el día en el que me gustaría desaparecer durante unas horas, hoy es un día de esos en los que te das cuenta de que no tienes lo que te mereces, hoy es un día en los que te paras a pensar en el porqué de todo. Hoy es un día de reflexión, hoy es un día de meditación, hoy es un día de cansancio. En resumen... Hoy es un día normal y corriente de esos que hacen la vida simple y monótona. ¿Qué aburrimiento no?


Magia

Era una sensación indescriptible. Era pura magia y él, el mejor de los magos… Sentí cómo se me erizaba el bello, cómo me brotaba una sonrisa de la nada… Él, agarrando mi cintura y yo agarrando sus manos. Dedos entrelazados a modo de compromiso. Unión de dos corazones, conexión de dos almas. No quería que nos soltáramos nunca. Tenía tantísimo miedo de perderle que cuando conseguí sujetarle me fue casi imposible separarme más de un centímetro de su lado. Me dolía el simple paso del aire entre nosotros. Me giré y me aferré a su cuerpo. Me temblaba hasta el más insignificante músculo, pero ahí estaba él, arropándome con el calor de sus labios y prometiéndome todo lo que siempre le había pedido. ¿Amor eterno? ¿Fidelidad? ¿Compromiso?. No. Lo único que le pedí fue que no me soltara.


Miedo

Tengo miedo. Sí, lo tengo. Lo reconozco. Tengo miedo de volver a enamorarme, de volver a pensar en alguien las 24h del día, de sentirme bien sólo estando a su lado, de necesitarle hasta para respirar, de besarle con tanta intensidad que me duelan los labios, de mirarle a los ojos y perderme locamente en su mirada, de abrazarle y sentirme protegida. Pero sobre todo tengo miedo de que sólo lo sienta yo, de no ser correspondida, de volver a ilusionarme para nada, de crearme nuevas esperanzas y que al cabo del tiempo se me rompan en mil pedazos. En resumen, MIEDO A QUE TÚ NO SIENTAS LO MISMO QUE YO.

sábado, 12 de febrero de 2011

Tu mirada me ha contado esta historia

Y de repente mi cuerpo se giró mientras su cabeza se elevaba guiada por el compás de mi corazón. Conforme se apresuraba, mi sonrisa iba creciendo. Mis labios, húmedos, suspiraban, mientras algo dentro de mí no dejaba de revolotear. De pronto, dos miradas se encontraron. El tiempo se paró durante tres silenciosos segundos. Los ojos estaban hablando. Lo demás carecía de importancia. Dos cuerpos frente a frente después de tanto tiempo. Dos corazones prisioneros de las circunstancias. Dos almas que conectaban como si de gemelas se tratase. Al cabo de tres segundos, el mundo se puso de nuevo en marcha. Él se acercaba con un paso lento pero firme. Yo, por el contrario, no podía dejar de temblar. Mi cabeza se llenaba de interrogantes, de palabras, de sentimientos, todo se estaba complicando. Él, mientras tanto, se limitaba a disimular su verdadera compostura. Había llegado el momento. Ambos lo sabíamos pero nos manteníamos uno frente al otro, quietos, silenciosos, pensativos y misteriosos.  Decidimos dar el paso a la vez, y entre sonrisas tímidas, rostros sonrojados y miradas cómplices me agarró de la cintura, dejando caer así mi mano sobre su brazo. Cinco centímetros de distancia y sin poder sobrepasar ese límite. Como si le ofrecieran a un niño un caramelo, se lo pusieran cerca de la boca y de repente se lo quitaran. Así me sentí. Nos dimos dos besos con cierta picardía mientras nos mirábamos fijamente las pupilas, intentando descubrir qué es lo que confesaban aquellos ojos. Una sensación de tranquilidad y sosiego me arropaba junto con aquel olor que desprendía por cada poro de su piel. Ese maldito olor que despertaba mis instintos primarios. Y sin saber muy bien por qué, tras una breve pero intensa conversación, tuvo que marcharse. Yo quedé presa de su figura y no pude hacer más que contemplarla en la distancia. Cuando pensé que había acabado todo escuché nuevamente una voz a lo lejos. Sí, era la suya. Era su voz que se despedía con una sonrisa entristecida y melancólica como premio a la soledad. Intentaba que no se alejara demasiado de mí pero el tiempo cobró velocidad. Y sin más piedad, empezó a acelerar y no se detuvo hasta que me encontré sola otra vez. En aquel inmenso pasillo. Todo se volvía gris. Algo tan intenso y tan fugaz se evaporó como si de agua se tratase. Sin más remedio abandoné el lugar. Ese lugar que traía recuerdos felices y tristes. Aquel lugar de luces y sombras. Aquel lugar para recordar. Aquel lugar siempre será mi lugar. Aunque pasen los días, las semanas, los meses, los años… siempre fue, es y será nuestro lugar.