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sábado, 29 de noviembre de 2014

Que no me falte

Que a mi día no le falte 
una mirada que cruzar,
una canción que escuchar
y un poema que leer.


jueves, 13 de noviembre de 2014

Soy aquella, esa, la que...

Soy esa que pone gesto indiferente durante la escena más romántica de la película, aunque por dentro esté bailándole el alma. Esa que no grita cuando discute porque sabe lo que dice. Esa que siempre busca complicidad en los ojos del otro. Aquella que, aunque tenga pareja, no puede evitar mirar de reojo cuando se le cruza el guapo de turno. Esa que se queda unos segundos en silencio buscando la forma sútil de decir las cosas. La que no estrecha lazos con las personas que dan rodeos y no saben lo que quieren. La que te saca la mejor sonrisa con una mentira y la peor lágrima con una verdad. Esa que cuando mira al tipo que le gusta, está pensando decenas de travesuras mientras le asiente. Aquella que siempre busca sacarle una sonrisa a las personas. Esa que camina por la calle erguida, con la vista al frente y el paso firme. La que pasa más tiempo escuchando que hablando. La que abraza sólo a quien es realmente importante para ella.  La misma que ve porno y lee poesía. Esa que renuncia a una noche de fiesta por quedarse hablando con alguien por internet. Aquella a la que le gustan tanto las playeras como los escotes. La que te pondrá a prueba hasta que pueda confiar en ti. Esa que sube el ego de quien lo tiene bajo y se lo baja al que lo tiene alto. Aquella que cede el protagonismo, pero que acabará destacando. La que disfruta el misterio y las cosas difíciles. Esa que se lanza a imposibles. Aquella que sólo necesita un "no" para comenzar la acción. La que controla la situación y se adueña de las circunstancias. Esa que halla paz cuando pasea por lugares solitarios y oscuros. Aquella que a veces teme estar reseca, emocionalmente hablando. La que es educada con quien lo sea. Aquella que respeta a quien la respete. Esa que cada día repasa la lección que tiene por título "no dar prioridad a quien te trata como opción". La que se acuerda a diario de tantas y tantas personas que han formado parte de su vida, pero con casi ninguna da un paso al frente. Aquella que tiene tanto amor como carácter. La que te besa con la misma fuerza que te aparta de su lado. Esa que te hablará de cien mil cosas, pero nunca de sus puntos emocionales débiles, si no eres alguien leal. La que hará de guía. Aquella que siempre busca lo mejor. Esa que disfruta colocando las cosas en su sitio. Aquella que fantasea cada minuto. La misma que será alguien importante el día de mañana. Esa que exagera y miente.




sábado, 1 de noviembre de 2014

Las lentes de la tristeza



No sé hasta qué punto es bueno
ver la vida con las lentes de la tristeza.
No me considero alguien triste,
pero me dan pena demasiadas cosas,
que no me hacen llorar sino
ir llenando los bolsillos de la ilusión
con decepciones y lamentos
por lo que, al final,
cuesta tanto caminar
por los senderos de la esperanza
con la chaqueta del desencanto,
que me quedo en la acera saludando
a distancia, al porvenir.
Es cierto que describir la belleza alegre
me es tan complicado
como mirarte sin sonreír,
quizá porque no le veo el atractivo
a las cosas buenas que suceden porque sí
y, sin embargo,
me parece esencial embellecer aquello
que nos hace la vida gris.
Tal vez, mi suerte sea
la de pintar con tinta rosa
el cielo de la existencia
y colorear los traumas
sin salirme de la línea,
aunque me resulte inevitable hacerlo
sin desteñir actitudes
con las que otros se llenan
pero que, a mí, tan sólo me vacían.