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jueves, 1 de enero de 2015

Héroe de la noche


 Cuando la preocupación me roba el sueño
y me pide de rescate una noche de insomnio,
traigo tu recuerdo al presente
y tu abrazo en mi cama es suficiente
para sacudirme los miedos de la garganta.
Me recoges en tu regazo
y, con un beso en la nuca, 
silencias mis pensamientos nocivos.
Tus sueños se enredan en mi pelo,
celosos de mis manos y tus dedos.
Y es justo en ese momento
cuando la calma traza sobre mis pestañas
un pacto con Morfeo, 
y me voy meciendo...
Con el eco de tu respiración como almohada,
lleno de suspiros el colchón, 
y entrego mi cuerpo a la noche
mientras mi alma,
sobresaltada por llegar tarde a nuestro encuentro,
vuela por encima de la imaginación
hasta vislumbrarte tras mis pesadillas,
abriéndote paso veloz. 
Y es que, estar dormidos
es sólo otra forma de estar juntos,
pero en un mundo distinto 
donde no hay límites,
donde, al fin, nos hacemos realidad.

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