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domingo, 7 de diciembre de 2014

Parada

Y tras una cruzada entre
el querer de los ojos de ella
y el no-poder de los de él,
el tren se detuvo en la parada.
Se bajó sin más equipaje
que la huella de carmín
posada en su mejilla.
Él la reclamaba desde abajo,
ella le rogaba desde arriba,
pero las circunstancias adoptaron
a ese amor de papel.
Sus sonrisas se despidieron
viendo cómo, lamentablemente,
se volvían a distanciar,
pero con el presentimiento
de que el destino las volvería a juntar,
en cualquier momento.

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