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viernes, 5 de diciembre de 2014

Mariposas desorientadas


Ahora, él se halla surcando otros labios,
buscando otras pieles con las que pasar el invierno,
que ya le dura más de diez meses,
- el efecto invernadero del corazón
le causó estragos -,
yendo de flor en flor,
como un auténtico capullo,
gritando mentiras
y susurrando verdades.


Por el contrario, yo estoy en armonía
con el mundo que me rodea,
abrazando la chica tras el espejo,
besando mis cicatrices por vez primera,
mimando mis esperanzas,
luchando por mis sueños,
queriéndole un poco menos
para quererme un poco más,
dejando de echarle pulsos a mi biografía
para tenderle la mano al porvenir. 


A día de hoy, he de decir
que agradezco esta despedida,
sonriendo a cada una de tus imperfecciones
mientras agito la mano con dureza.
Me quedo con los grandes momentos vividos
y también con los malos,
no sea que estos insectos se pierdan otra vez
en tus pecas de chocolate
y tanto dulce se me vuelva a indigestar.

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