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sábado, 3 de septiembre de 2011

Una noche en la playa



 Comienza un atardecer... Caminamos por la orilla del mar, dejando nuestra huella. Una ruta guiada por unos pasos que nos llevan hacia la felicidad. Más tarde, tú y yo, tumbados sobre la fina arena mientras elevamos nuestra mirada hacia el cielo. Hacia ese sol que se oculta lentamente para alcanzar la intimidad que el momento advierte. Una mano que se posa sobre otra, mientras los dedos, al unísono, se entrelazan. Dos miradas que se cruzan y un mismo corazón que se acelera. Sueños, ilusiones, sentimientos y deseos que se mezclan dando como resultado un amor perfecto. Una brisa marina que se pasea para disfrutar de la magia que desprende la unión de nuestras almas. Y una ola traicionera que se asoma curiosa para asistir al nacimiento de un "nosotros". Una luna que asciende luminosa y que se detiene encima de nuestros rostros, iluminando así, nuestra mirada.
Una noche tumbados contemplando un cielo plagado de estrellas y la inmensidad del mundo, que cabe en tus ojos. Y las horas avanzando, y nuestro cariño creciendo. De repente, una lengua va en búsqueda de otra con la que jugar. Y así, traviesos y divertidos, vagan nuestros pensamientos. 



Playa, arena, mar, palmeras, estrellas, y lo más bonito se encuentra en tu sonrisa. Una noche juntos en la que el resto del mundo desaparece. Entonces, silencio. Silencio provocado por dos personas que descansan tras una noche de locura, pasión y desenfreno. 
Comienza un amanecer...

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