Visitas

viernes, 25 de mayo de 2012

Duele la cruda realidad

Me gustaría enviarte un mensaje diario como mínimo y escribirte mil y una cosas que pasan por mi mente; ponerte al día de mi rutina, preguntarte cómo te ha ido, si has pensado mucho en mí y soltar alguna tontería para sacarte una sonrisa.Escribirte "te quiero" en todas las letras, colores y tamaños posibles para que no se te olvidaran jamás. Me despediría con un "hasta mañana, amor" y apagaría el ordenador, yendo a descansar tranquila, con una dulce sensación. Sin embargo, cada día que tengo ese impulso de escribirte, calmo esa ansiedad, cierros los ojos, cojo aire y me alejo del ordenador para no caer en la tentación. Aunque algo me impide distanciarme demasiado, y paso horas y horas revisando a menudo el correo con la esperanza de ver uno tuyo y dejar paso a la felicidad. Pero... nada. Cae la noche y yo sigo sin noticias tuyas. Desganada, me echo sobre la cama y tardo horas en coger el sueño pues algo no deja de rondar por mi cabeza.

Cuando te viera, me encataría mirarte en la distancia, sonreírte y correr hacia ti para abrazarte durante unos segundos, contemplar tus pupilas y besarte como si fuera la primera vez. Sin embargo, cuando te vea, te miraré y el cuerpo se me quedará paralizado sin saber muy bien cómo debo reaccionar. No sentiría ilusión, sino miedo. Mucho. Demasiado. Temblaría e insegura te miraría intentando que vinieras tú. Te daría dos fríos besos, y charlaría contigo. 

-Hola, cuánto tiempo... ¿qué tal estás? 
+Ya ves. Estoy muy bien. Feliz.. ¿y tú? ¿qué es de tu vida?
-Lo de siempre, liado con mis cosas, pero bien.

Y así, una vez más, callaría todo lo que llevo callado en estos años. Me mordería la lengua, tragaría saliva y con ello mis ganas de confesarte la verdad. De hablar claro y de decirte: 

-Eh, ¿te acuerdas de mí? Sigo esperándote aunque no te importe.

Y cada semana, quedaría contigo, daríamos un paseo por las calles de Madrid, perdiéndonos en el encanto de sus edificios, de sus monumentos, de sus jardines, de sus museos, y encontrándonos al entrelazar nuestras manos sin temor al qué dirán. Sin embargo, estaré en el sofá, tirada, escribiéndote un texto, porque tú me inspiras, pensativa, otra vez con el corazón sujeto por hilos. Colgando, a punto de caer y romperse en mil pedazos. OTRA VEZ.

Duele la cruda realidad...


2 comentarios:

  1. Holaa :)
    Me encanta como escribess, haces que no pare de leer tu Blog.
    Me siento totalmente identificada con esta entrada. Soy prácticamente nueva en esto del blog y no lo entiendo muy bien jeje
    ¿Podrías pasarte por mi blog?
    Me encanta tu blog :D ♥

    ResponderEliminar
  2. Hola :D Muchas gracias Irene!! :)
    Ya me he pasado por tu blog y te sigo, así que ánimo y a escribir lo que sientas ;)
    Un beso!

    ResponderEliminar