Visitas

viernes, 15 de julio de 2011

Todos tenemos una máscara

Fría. Distante. Fuerte. Inmune. Pasota. Calculadora. Borde. Malévola. Retorcida. Cuestión de apariencia. Un simple papel que juego en este teatro llamado vida. Una máscara que me sobrepongo. Como tú, como él, como ellas. Todos tenemos una. Muchos piensan que hay que tener cuidado porque una máscara es un arma de doble filo. Puedes dar una imagen que no gusta a los demás y provocar que estos se alejen de ti. También puede ser muy práctico. Te ayuda. En cierto modo, te protege de las pullas del destino. Pero, en mi opinión, enmascararse es un acto positivo. Siempre. Si alguien quiere conocerte realmente no se fijará en la simple apariencia. Querrá llegar más allá, lejos, profundo, a tu interior. Y una vez allí dentro, decidirá. Cuando los dos enmascarados se junten podrán despojarse de cualquier rostro movible y descubrirse tal y como son. Sin miedos. Sin prejuicios. Sin tópicos. Dos realidades formando otra realidad. Más grande, más valiosa. 
Por eso, os aconsejo que siempre llevéis con vosotros una máscara para mostrar al mundo exterior, pero una vez que encontréis a esas personas esenciales, os la quitéis.

6 comentarios:

  1. No puedes llevar más razón. Este es de los típicos textos que te hace pensar y reflexionar. ¡Me encanta! Gracias por pasarte tanto por mi blog, un beso enorme y sigue así

    ResponderEliminar
  2. me encanta! la verdad es que me gusta todo lo que escribes. eres fantástica! sigue así
    un besoo

    ResponderEliminar
  3. Ais! Muchísimas gracias Clara!!! =D
    Un besazoo!

    ResponderEliminar
  4. ¡ME ENCANTA!
    Pásate por el mío si te aburres: http://susonrisaesmisonrisa.blogspot.com/
    Desde hoy te sigo, y espero que tú también me sigas a mí.
    Un beso:)

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias!!
    Voy a echarle un vistazo al tuyo :)

    ResponderEliminar