Visitas

martes, 11 de septiembre de 2012

Ayúdame a olvidarte

Quizás sea una señal del destino. Tal vez el futuro esté intentando decirme que tengo que pasar de ti. Que no debo verte, ni pensarte, ni esperarte, ni desearte, ni soñarte... Que no debería hacer nada que tuviera relación contigo. Y poco a poco, lo voy consiguiendo. Para mí ya no eres lo que eras, pero siempre serás algo. Algo que un día se me clavó dentro, como la espina de una rosa, y que no conseguiré sacarme. Y sé que esto tiene un fin y que está muy próximo, y créeme, si por mí fuera, esto no acabaría nunca pero ... lo haces tan complicado que me debilitas, me quitas las ganas, la ilusión, la alegría... me quitas todo y no me das más que preocupaciones. Te quise más que a mi propia vida, pero no paras de decepcionarme. Aunque, pensándolo bien, la culpa es mía por esperar tanto de ti. Pero aún así, no aprendo. Otra vez ese sentimiento de frustración, de impotencia, de rabia, todo causado por ti, por tu forma de actuar. Hazme un favor, será el único que te pida: sigue ignorándome, sigue sin escribirme, sin hablarme, sin preocuparte por mí, sin saber nada de mí, sin mostrar el más mínimo interés hacia mi persona, continúa destrozándome, partiéndome en pedazos y no te sientas responsable del daño que me causas. Sigue así, por favor. Ayúdame a alejarte de mí. 

¿Sabes? Puede que en tiempos pasados hubiera llegado a pensar que yo no era suficiente para ti, pero todo ha cambiado. Ahora realmente creo que no me mereces. No es justo que habiendo hecho poco me hayas tenido a tu disposición para lo que quisieras. No es justo haberte amado durante años para que tú no dieras ningún paso más. No es justo pasarme las noches en vela por tu puta ausencia. No cariño, no es justo. No has sido justo conmigo. Y ya estoy cansada. No puedo soportarlo más. Me parte en dos ver que no haces nada por evitar que lo nuestro se termine. Y yo... yo no puedo seguir tirando de los dos, estoy agotada. No tengo fuerzas para luchar por ti y por mí. 

¡Se me olvidaba! NUNCA ME SONRÍAS. Te pido que no lo hagas porque cada vez que lo haces, me vuelvo a enamorar. Es justo en ese instante cuando todo cobra sentido. Así que, por favor, jamás me vuelvas a sonreír. Ayúdame a olvidarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario