Visitas

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Lo mismo

La misma hora, el mismo lugar, un día de tantos, espero sentada a verte. Te observo, me fijo en cómo pasas por delante, bajas la rampa y con un rostro serio continúas tu camino... ¿Dónde irás? Me pregunto cuando mi mirada fijada en ti te nota en la lejanía ya. Y desapareces entre la niebla de este frío mes de diciembre. 


La misma hora, el mismo lugar, otro día de muchos, espero sentada a verte. Esta vez tú también me ves, el tiempo se detiene durante ese instante fugaz y eterno a la vez. Mi cuerpo, congelado por los nervios que tu presencia me impone, tiembla inseguro, tímido, dando muestra de mi más íntima personalidad. Me paro delante tuya, sonrío y te saludo... Tú, que te vas acercando por momentos, me devuelves la sonrisa, me miras a los ojos y siento que tu mirada me atraviesa hasta descubrir mi interior, lo más profundo de mis emociones y el mayor de los sentimientos que tengo hacia ti, te despides pasando tan cerca mía que no dejamos espacio ni para un simple y diminuto átomo ... Nuestros cuerpos rozan, podrías oír incluso el latir de mi corazón, y mientras sigo petrificada pienso en si debo girarme o no... 1,2,3 segundos de reflexión... Me giro y cuando creo que vas a desaparecer por esa esquina, te giras y nuestras miradas vuelven a chocar, provocando una chispa que podría prender fuego al mayor de los bosques. Continúas andando con la cabeza vuelta y yo acabo girándome del todo, esperando un respuesta de tus labios. Pero no oigo nada, solo silencio...        

No hay comentarios:

Publicar un comentario